martes, 4 de noviembre de 2014

De nuevo... Teresa


Mañana sale del hospital. Su guarida, su fortaleza este período que ha sido poco más de un mes.

No sabe lo que pasará, de hecho, nadie lo sabe. Su vida, en lo absurdo del anonimato, saltó a la portada de la vida en un país, donde cada novedad es atrapada en lo ávido del noticiario. 

¡Lo que dio para hablar...! por las mañanas, por las tardes, por las noches. En el trabajo, en el autobús, en las reuniones de colegas,...
Y así,  nos olvidamos de pretensiones independentistas, de subidas del precio de la cesta de la compra, de la intención de voto... cuestiones, que bien es cierto, que ¡nos tienen aburridos!.

Y todos nos hicimos entendidos, como es de bien nacido en este país. Y quién más y quién menos, se documentó... bueno más bien quién menos. Eso sí, todos hablamos, todos opinamos y cómo no podía ser de otra manera.... juzgamos.
La juzgamos sin período de prueba. La juzgamos sin saber nada. Primero se condena, y luego se pregunta.. bueno, si hay tiempo y ocasión...Sino a otra cosa...mariposa...

Y ella, ajena a todo. En su fortaleza, lo superó. Lo venció. No sé si alguién sabe cómo. Me da la impresión de que no. Durante días fué primera noticia. Luego, cómo casi todo. Se fué desvaneciendo, desmadejando en los noticiarios...Y así.. pasaron los días...

Las heroínas aún existen. Sin quererlo, sin pretenderlo.

Mañana sale a su vida. Puedo decir nueva vida. Pero creo que no. Es su vida, esa que todos, en mayor ó menor medida, pretendimos manejar. Lo que había hecho, cómo lo había hecho, porqué no lo dijo, porque lo hizo..??

Te deseo mucha suerte Teresa. Deseo que ante todo sepas gestionar, el poder que tendrás durante unos días.. no creo que mucho más. Ese poder que da la fama. ¿Servirá para algo medianamente bueno?





viernes, 28 de febrero de 2014

Como el de uno ninguno.

Después de tanto tiempo, he vuelto. Ha sido una decisión no meditada, más bien ha sido una necesidad. La que yo tengo de contar en voz alta lo que pienso. No deseo compartirlo por considerar que sea  muy importante, pero sí creo, que no está de más decir lo que uno piensa, lo que uno reflexiona. Tal vez, sólo tal vez, si le sirve a alguien para pensar... ya será suficiente.



   El título viene al caso porque hoy ha sido el desfile de Carnaval en el colegio. Una gran mayoría de papás y mamás estábamos allí, no puedo decir puntuales pero sí encantados. Y los protagonistas, los que podían, mirando desde las ventanas ya disfrazados. 

Los de primero de infantil parecían enanitos y aquello me llevó a pensar, cuan agraciados habían resultado aquellos infantes. Con unos padres devotos que, aguantando el viento, ¡cómo no! de esta ciudad, aplaudían, de vez en cuando y gritaban alborotados cuando conseguían visionar a su churumbelito entre tanta algarabía.

He de decir, que tiene un gran mérito atisbar a tu retoño. Todos iguales, es harto complicado.
Si aparte de eso, tienes que grabar y conseguir alguna foto, la labor de superhéroe está más que ganada.

Una madre casi reptaba entre las gradas intentando conseguir la instantánea de su retoño. Otro, cuando vio al grupo del suyo, salió corriendo para buscar la foto soñada.

Todos aguantamos allí mirando para el cielo y viendo la nube negra que venía. No llegó. Eso sí, el desfile más que desfile ha sido marcha militar. Con el encubrimiento del baile pasaron por delante de las gradas cual atletas marchistas.

Es de agradecer, el dolor de garganta se agudizaba y eso que, gracias a un marido previsor, teníamos una mantita en las posaderas.

Terminó y cual ávidos propietarios del tesoro consabido, volamos hacia las aulas a buscar la pertenencia. La lotería ya había tocado hace tiempo, pero en estos momentos te das cuenta que como el tuyo: ninguno.